Tierra adentro, en los lugares donde los caminos cuentan la anécdota de su identidad bajo el paso apretado y suelto de un lugareño, existe una hora que podría ser cualquier momento del día. Una hora donde todo se parece a una postal, una hora de puro contemplar. El horizonte se vuelve aguja que zurce todo lo conocido para sentir que seguimos siendo parte de un aquí y ahora. Allí, el límite se hace línea recta, y se aleja, dando escenario a la profunda soledad que nos acoge.

Esa hora, es una cita con uno mismo. Todo paisaje interno es revisitado, y sale afuera con la fuerza de una confianza súbita y desconocida. Como quien busca con una mirada idealizada una respuesta en lo silvestre. Asistiendo a ese silencio llega el viento raudo y dice: esto es la resistencia de estar presentes frente al sueño. Y, con el mismo aliento, hace volar el polvo y golpea las ropas con la musicalidad extraña de un mecanismo que reactivó su paso por un impulso de escape.

En ese preciso y precioso nexo, donde se junta lo pedreste y lo ligero, se funda Punto de Contacto. Como una breve colec- ción de evidencias de esa hora que –en un parpadeo– podría pasar de largo. Territorio donde el aire sacude para mostrar su arquitectura de kilómetros junto al salto de los objetos.

Durante la fase de conocimiento exploratorio, se descubre que en los pliegues de una tela se resuelven las estructuras de sostén de dos que a veces se unen. Aquí es necesario abandonar el estado testigo para habitar ese momento. Y po- der comprender y manejar la sutil fuerza para esculpir la tierra suelta del camino, incluso con la sombra.

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Gimena Castellón Arrieta
Artista visual
Buenos Aires, Marzo 2015.