Artist Statement

La mayoría de mis obras son derivados de las impresiones que me llevo de la observación de la naturaleza. El cielo, el horizonte, los pájaros, las nubes, el sol, el viento, las flores, las estrellas. Hay una dinámica que parece mágica en todo eso, la percibo como simple y sagrada al mismo tiempo. Algo que parece estar mucho más allá de la dualidad de la mente humana. A veces, todo lo que parece estático es increíblemente móvil, o lo que es móvil parece estar clavado a la eternidad de un punto fijo. Me gusta observar la danza que sostiene la tensión de los opuestos. Y la gravedad, el magnetismo, que es la órbita que los conecta. Me interesa crear un espacio en el que las paradojas puedan reconciliarse, en el que el espíritu pueda percibirse con cuerpo o la materia liviana en extremo. Me atrae especialmente la posibilidad de yuxtaponer el tiempo lineal con el tiempo cíclico, el instante con la duración, y observar qué sucede. Como lo vacío puede parecer lleno o lo lleno, muy vacío.

En general trabajo mucho con el aire. Creo que en el aire, y con el viento, los elementos se comportan de maneras inciertas pero genuinas: vuelan, flotan, caen, chocan, danzan, funcionan como aparatos suspendidos, escultóricos, silenciosos y pausados. Me interesa experimentar el movimiento en la dimensión atemporal. La idea de construir un presente infinito, ausente de memoria singular. Sin mucho contexto a la vista, siempre se genera una gran sensación de desnudez ligada al vacío.

Muchas veces los sueños también me resultan inspiradores. Allí, las cosas ordinarias se conectan de un modo extraordinario. Cualquier cosa es posible en la lógica de los sueños. Lo interesante es que lo que parece no tener ningún sentido en un primer vistazo, luego lo tiene siempre, sorprendentemente. Para mi, son símbolos vivos, enigmáticos, misteriosos, se siguen moviendo y diciendo cosas nuevas todo el tiempo. Como pequeños diamantes en movimiento. Me gusta ver mi propia obra de ese modo.